EL DEPORTE DE NO HACER NADA

NO HACIENDO NADA EN MIRAVET

Hoy había planeado no hacer nada en las tres horas que tendría que estar esperando a los colegas, solo estar.. como mucho mirar, pero el pueblo de Miravet bien merece observarlo y recorrer el nucleo antiguo. Calles estrechas típicas de barrios moriscos, de casas de paredes anchas y pequeñas ventanas protegidas con antiguos herrajes. Casas derruidas colgando de las paredes que soportan el castillo. Uno cuando ve este pueblo seguramente nacido a expensas de la actividad del castillo, de la servidumbre y posiblemente tambien de los desperdicios que este generaba, le viene a la memoria la película “El nombre de la rosa”, cuando los frailes tiran los restos sobrantes sobre las casas que iban creciendo alrededor del monasterio y las gentes se peleaban por restos de comida, anque en esta pelicula no todo eran miserias, también habia cosas sensuales entre andrajos y caras sucias... os acordais?

De cualquier forma hoy yo no quiero hacer nada. Desde la plazoleta de la vieja iglesia me quedo absorto en los reflejos que el agua me lanza y me doy cuenta que entre el color del agua, el verde intenso de la vegetación, el azul del cielo y la brisa que me sopla el Ebre (ya estamos en Cataluña) me podría quedar a vivir mucho tiempo en esta dimensión…..

Pero hoy yo no quería hacer nada, así que me siento en una mesa de un bar a tomarme un refresco y unas patatas bravas. El lugar no podía ser mas idóneo; sentado debajo de un inmenso platanero, admirando el discurrir del ebre.
Me traen las patatas y me da la sensación de que éstas no son caseras pero lo parecen, están cortadas en gajos y pienso en la máquina para darles esa forma. Decido preguntarle a la camarera por la empresa que se las suministra pero la única información que me da es que son belgas y que se llaman patatas gajo.
Yo solo quería una pequeña ración de patatas bravas y me traen un plato que no lo podríamos acabar entre todos los colegas cuando llegan exhaustos y desbocados..
Pruebo algunas, pero al ver tanta cantidad la vista me hizo de estómago y enseguida me llené. Al poco rato percibo que tengo invitados, bueno tendría que decir invitada. Descaradamente y como si me conociera de toda la vida, se apoya en el respaldo de la silla que tenía a mi lado. Me mira y tuerce la cabeza, primero a un lado y luego al otro. La miro y parece que la pongo nerviosa y se retira a la silla de al lado. Desde ahí parece sentirse mas segura y vuelve a mirarme con mas insistencia. Me muevo despacio para tranquilizarla y darle confianza, pero… que creéis? No me mira a mí!!! Mira a la patata que me estoy llevando a la boca… y pienso.. ¿le gustaran las patatas bravas?, picantes ellas.. A estas alturas del partido lo que procede ya es invitarle a una, con picante o con picante.
Bueno el caso es que se abalanza sobre la patata y se la lleva para comérsela apartada de mi mesa. No pasa ni un minuto cuando de nuevo está allí, ella o una prima de ella o alguna pariente cercana. Le ofrezco otra patata y casi sin poder con ella se la lleva lejos..
Bueno, ya sabía qué hacer con el batallón de patatas que me habían puesto. Al poco rato estaba rodeado de ellas, las gorrionas y luego vinieron ellos, los machos.. que curioso me dije… hasta que no se dieron cuenta que no había peligro, no vinieron ellos..
Estaréis pensando que como sé quien es quien, a que si? . Cuando alguien se cría en un barrio como el nuestro, o sea Loiola por muy Donosti que sea, sabe mucho de gorriones, de cepos para cogerlos y también de tiragomas. Por cierto y para que sirva de orientación, los que tienen una mancha oscura en el pecho son los machos..

Joder que bien se está sin hacer nada!!!

Estando allí sentado se me acercó un paisano y entramos en conversación, me contó historias de la comarca, antiguas y presentes, de las cosas ilegales que se hacían con los jamones y de otras que forman parte de otra historia... Me invitó a comer a su casa , se lo agradecí y le dije que tenía compromiso con mis amigos y un jamón legal al que atacar..

Al principio pasaba envidia cuando la cuadri arrancaba por la mañana entre risas y cuentos y yo me tenía que encargar de la logística. He descubierto que esto de no hacer nada, es hacer muchas cosas, solo es cuestión de abrir los poros, todos los poros..con la ventaja de que no sudas..
Pero a mí, joder, a mí lo que me gusta es sudar la camiseta, lo que me encanta es andar en bici!!!
Tendrá que ser la próxima vez …., aunque como ya sé lo que es hacer no hacer nada, pues lo iré haciendo sobre la bici.

Os animais a no hacer nada...?