NOMADAS EN EL CANAL

Nómadas en el canal.

Siempre me ha gustado la filosofía de los nómadas, porque siempre me ha gustado no estar demasiado tiempo en el mismo lugar y si se trata de disfrutar un tiempo escaso de ocio, como son las vacaciones reglamentarias, está claro que una aventura como esta, está por encima de unas vacaciones sedentarias.
Para algunos de nosotros este tipo de aventuras, se ha convertido en una filosofía de vida, un paréntesis que da aliciente a todo un año.
No es muy habitual que gente de mediana edad como la nuestra haga este tipo de cosas. Estar ocho días al año fuera de casa sin tu gente . Puede que a much@s les pueda parecer extraño e incluso complicado de plantear. Algunos de nosotros llevamos muchos años haciéndolo, otros menos, alguno es la primera vez y estoy seguro de que no será la última.
Por otro lado tenemos una afición común. No, no penséis que es la bici, la afición común es degustar la vida de otra manera durante algunos días. Esta vez subidos en una bicicleta, otras veces puede ser haciendo monte.

Cuando digo degustar la vida, estoy queriendo decir “despojarte” por unos días de la cargas laborales, sociales y familiares. Ponerte los ojos de ver y actualizar el resto de los sentidos, los físicos y los anímicos. Esos que te sacan al niño que llevamos dentro o al quinceañero. Esos que te permiten ser socarrón, audaz, perspicaz e ingenioso. Todo ello apuntalado con la seguridad que te da la experiencia, llevándonos a un estado de euforia, o como dirían los mas poéticos a un estado de gracia que hace que la armonía entre todos nosotros sea la protagonista, quedándonos el regusto de camaradería y complicidad.
En definitiva, como podéis daros cuenta esto es una cura de salud en todos los sentidos, una carga de oxigeno para todo el año, una excusa para juntarnos y recordarlo en algunas cenas. No en muchas, no creáis. Tenemos que poner en marcha una nueva ilusión, una nueva aventura y eso sí nos llevará algunas cenas mas… aunque luego somos auténticos nómadas de la improvisación.
Relatando todo esto he querido hacer un homenaje a los amigos viejos, a los que han estado siempre ahí y también a los nuevos amigos por colaborar en que cada día fuera una celebración, en definitiva a la AMISTAD sin condiciones.
Voy a acabar con una frase que hemos repetido a lo largo de la travesía; “este tipo de salidas sientan tan bien, son tan saludables.. nos aportan tanto.. que las tenía que recetar la seguridad social”

Un abrazo para los actores y otro para los fieles espectadores
¡Ya nos queda un día menos para la próxima aventura¡

Filigrana en tinta china.